29 de March de 2024
Popularidad presidencial
Columnas Opinión

Popularidad presidencial

Sep 23, 2019

Análisis a Fondo

Francisco Gómez Maza

 

· Pese a sus adversarios, el mandatario se mantiene alto

· Camina junto con Bukele, Rabelo de Souza, Putin y Conte

Sus opositores, sus adversarios, sus enemigos políticos, los panistas, los priistas, las izquierdas, los zapatistas, las iglesias conservadoras, las clases dominantes, los ciudadanos insatisfechos y guiados por un odio infantiloide podrán calificar, como se les ocurra, al presidente Andrés Manuel López Obrador, y los perversos inventar noticias falsas para desacreditarlo.

Lo real, lo que cuenta para la historia, es que el mandatario mexicano está, muy a pesar de Morena, su partido, junto con Nayib Bukele, de El Salvador; Marcelo Rabelo de Souza, de Portugal; Vladimir Putin, de Rusia, y Giuseppe Conte, de Italia, en los primeros lugares mundiales de popularidad, Y está en el segundo sitio en América Latina, después del joven salvadoreño Nayib Bukele, el más popular en el mundo.

Por cierto, Bukele es un fiel seguidor del pensamiento del mexicano y forma parte de la asociación para el desarrollo regional para evitar las migraciones forzadas por la violencia y la pobreza, mediante la creación de empleos justamente remunerados. A dicha asociación pertenecen también Honduras y Guatemala. Y México ha destinado 10 millones de dólares para contribuir al mencionado programa.

Las calificaciones a la popularidad del presidente mexicano no son de un admirador y menos seguidor o fan de López Obrador, sino de Roy Campos, de Consulta Mitofsky, generalmente de los círculos de poder mediático como Televisa.

Campos le da esta semana al Presidente mexicano una aprobación promedio semanal de 63.3 (-0.1) por ciento y, para este sábado 22 de septiembre, una de 63.7 (+0.4) por ciento.

Curiosamente, la celebración del Grito de Independencia, la noche del 15 de septiembre, no movió los porcentajes de popularidad, aunque muchos hayan creído que la habrían movido hacia el alza y a pesar de que varios de sus adversarios se expresaron positivamente de él, entre ellos Enrique Krauze: «Que el magnánimo Grito del presidente @lopezobrador_ sea el primer paso para la reconciliación nacional», escribió en su cuenta de Twitter, poco después de que AMLO encabezara la ceremonia cumbre por los festejos de Independencia junto a su esposa en Palacio Nacional.

Krauze es un rudo crítico de la política de López Obrador, desde la campaña presidencial de 2018, cuando advirtió que no era conveniente para México la visión del tabasqueño.

Cabe aclarar que, después de su mensaje, Krauze puntualizó que no se trataba del fin de su postura crítica a la presidencia, sino de la esperanza de un entendimiento por la tolerancia. «La reconciliación no significa que todos pensemos igual. La reconciliación no significa abolir la crítica. La reconciliación significa respeto mutuo y debate libre», aclaró el intelectual de la clase dominante.

López Obrador, como casi todos los presidentes de México, imprimió su sello personal a la arenga por México y su independencia. Con 20 «vivas», incluyó por primera vez a los héroes anónimos y a los pueblos indígenas.

La tercera semana de septiembre fue una semana de altibajos de la popularidad del presidente, que al fin terminó en un buen porcentaje.

López Obrador es reconocidos por tirios y troyanos como un nato comunicador. Un colega, analista político, me dijo el otro día: “López (así le dicen por desprecio) tiene muy claro por dónde masca la iguana, un adagio popular que índice que se sabe por dónde y hacia dónde camina uno.

Siguiendo con los dichos populares, el mismo analista agregó: El presidente no da brinco sin huarache, para indica que cuando sus adversarios van él ya viene de regreso. Por ello, a muchos les da mucha muina y hasta sufren las de Caín al verse engañados y humillados.

Cada semana en Radio Fórmula con la conductora Azucena Uresti, Campos hace un recorrido sobre la aprobación del presidente López Obrador y comenta, además, de los comparativos con otros presidentes.