28 de March de 2024

Análisis a Fondo

Francisco Gómez Maza

· Simplemente, las pruebas fueron falsas

· Ni por qué sentenciarla. Ahora está libre

El símbolo de la derrota del gobierno de Peña: Elba Esther Gordillo Morales. Profesora de primaria. Un día, Manuel Camacho Solís, muy ligado a Chiapas, le abrió las puertas de la oficina del presidente, Carlos Salinas, y éste la utilizó como arma para acabar con el mentor de la maestra, Carlos Jonguitud Barrio, entonces gran cacique del magisterio nacional, que había ya caído de la gracia del sistema imperial priista. Elba Esther llegó a ser todopoderosa. Hasta que también cayó de la gracia, pero ahora del otrora poderosísimo grupo Atlacomulco, cuyo peón del momento fue Enrique Peña Nieto.

Pero como todo lo que toca la PGR lo hace trizas, lo destruye, lo echa a perder, lo corrompe (Casi siempre sus investigaciones son sin fundamento, por lo que los jueces las desechan), la acusación de desvío de fondos para su uso personal contra la maestra – la única acusación mentada aquel 25 de febrero de 2016 por el entonces – por lo visto ya cansado, procurador Jesús Murillo Karam (no mencionó las demás por las que el MP basó falsamente sus argumentos para que el juez dictara la orden de aprehensión), se le cayó, al precio de 5 años 5 meses de cautiverio, entre la cárcel, hospitales y prisión domiciliaria.

Aquel día, los periodistas pudimos ser testigos de la debilidad de las acusaciones presentadas contra la maestra por el inventor de la estulta “verdad histórica” del caso de la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa en Iguala, entre el 26 y el 27 de septiembre de un año después de la detención de Elba. Ni duda cabe que Elba Esther, poro qué no otro padrino del sindicalismo oficialista, priista, fue el instrumento utilizado por Peña Nieto para volcar sus fobias, su venganza. Y la hizo pedazos. Un proceso en el que poco a poco fueron cayendo, como manzanas podridas, los cargos por los que Elba había sido puesta tras las rejas.

Muchos se preguntan ué hizo Carlos Romero Deschamps, capo del sindicato de trabajadores petroleros, por ejemplo, para salvar el pellejo y seguir vivito y coleando, por mencionar sólo a uno de los de la mafia sindical. Durante todo el sexenio, los demás dictadores sindicales gozaron de los favores del gobierno atlacomulquense, nido de lo que en su momento el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador bautizó como la “mafia del poder”.

Estaba EPN iniciando en el Congreso una reforma educativa que castigaba severamente al magisterio. Más que una reforma educativa era una reforma laboral que iba en contra de los derechos laborales del magisterio. Una verdadera reforma educativa tiene que convulsionar la concepción de lo educativo; qué es educar desde los servicios escolares que presta el gobierno, implica revisión profunda, radical, de planes y programas, de formación académica basada en la realidad socio cultural de los mexicanos, entre otras artes para lograr un paradigma de cambio verdadero en la conciencia de los mexicanos. Elba Esther no estaba de acuerdo y así lo manifestó públicamente. Su “premio” fue la cárcel, acusada, paradójicamente, de corrupción.

Era una “guerrera”, como ella misma se autodenominó. Manejaba, manipulaba, los intereses de alrededor de un millón de trabajadores de la educación. Un día había salido de Chiapas con la idea de triunfar en la política sindical y pronto se convirtió en el arma de Salinas de Gortari para hundir al cacique magisterial en turno. Tres sexenios le duró el gusto a la líder chiapaneca. Fue de la gracia de Ernesto Zedillo, el del primer quiebre del sistema priista, y de los panistas Vicente Fox Quesada y Felipe del Sagrado Corazón de Jesús. Pero le llegó su hora con Peña. Simplemente no se alineó. No se doblegó ante el nuevo Tlatoani.

Poco a poco fueron cayendo las falsas, endebles, pruebas. Hasta que un juez de distrito decretó que Elba Esther era inocente. Y dictó su libertad. Ahora, simbólicamente, la maestra ha convocado a la prensa para el 20 de agosto, día en que empiezan las labores del nuevo ciclo escolar. Entonces se presentará en público y hablará con periodistas. Responderá sus preguntas. analisisafondo@gmail.com