29 de March de 2024
Entre fascistas y refugiados
CirculoDigital

Entre fascistas y refugiados

May 23, 2016

OPINIÓN

CLAUDIA LUNA PALENCIA

¿Y en qué parte del mundo no se está polarizando la política o complicando la economía? Son, al parecer, los signos de los tiempos. Si el inusitado ascenso del pragmático empresario Donald Trump en la política estadounidense concita además de suspicacias, un enorme desconcierto por el futuro de la Casa Blanca, en Europa las cosa tampoco pintan nada bien.
En España, las dificultades para entenderse entre los diversos grupos políticos impidieron una fórmula cohesionada para investir tanto al candidato que resultó ganador en las pasadas elecciones del 20 de diciembre -el presidente en funciones Mariano Rajoy-; así como al líder del PSOE y también candidato -Pedro Sánchez- que también lo intentó infructuosamente.
La vuelta a la repetición de las elecciones el próximo 26 de junio debería tener una lectura mucho más profunda porque es una revelación, en todos los órdenes y confirmación en toda la regla, del enorme desencanto que permea entre la ciudadanía hacia sus propios mecanismos que lubrican una democracia que para ellos les ha fallado.
Porque además el descontento de la ciudadanía en España también es el mismo que comparten los griegos, los portugueses, los británicos, los alemanes… no hay sociedad ni país que salga inerme de esta peligrosa enfermedad.
Y mientras las mayorías reculan, se abstienen, porque bajo su visión biempensante consideran que una forma elegantemente pasmosa de protestar en cada jornada electoral es mostrando su desaprobación, su desprecio, bajo el ejercicio de no votar; pues ese breve espacio está siendo en realidad caldo de cultivo para empoderar a las minorías más radicales.
Los primeros al no votar ceden sus derechos a otros que al sí sufragar llevan al poder a aquéllos que verán las formas para activar políticas (no para favorecer a esas mayorías) a fin de cumplirles a sus fervorosas minorías.
La forma en cómo van escalando los dos polos más radicales  tanto de la extrema derecha, como de la extrema izquierda, en prácticamente la mayor parte del mapa europeo avizora que de cara al 2030 se podría arribar con varios gobiernos ejercidos por extremistas.
Por ejemplo, recientemente Austria está celebrando su jornada electoral para elegir presidente con resultados apretados entre dos candidatos equidistantes:  Alexander Van der Bellen, un antiguo líder de Los Verdes de 72 años y Norbert Hofer, vicepresidente tercero del Parlamento, de 45 años, representante de las ideas de la ultraderecha.
No puedo obviar en el análisis que la grave crisis humanitaria padecida por los sirios tras cinco años de guerra intestina en su sangrante país, aunado a su éxodo masivo junto con la mala acogida que Europa les ha proporcionado son ingredientes candentes en las campañas electorales.
A COLACIÓN
Los doloridos refugiados sirios apostados en las puertas de Europa  y confinados a campos improvisados sin agua, ni comida, ni condiciones sanitarias  enfrentan  además de la indiferencia, a un viejo enemigo: la xenofobia.
El candidato Hofer tiene como lema «Austria y los austríacos primero»; en Alemania, las manifestaciones en este sentido no son menores y hasta países con menor tradición xenófoba como España se ven atenazados por varios grupúsculos que también  hacen de las suyas.
En Madrid, el sábado pasado, aconteció una marcha fascistoide conformada por personas que ondeando la bandera española gritaron al unísono vivas al dictador Francisco Franco y un rechazo absoluto  hacia los inmigrantes y refugiados.
Cabe mencionar que, hasta la fecha, ningún país europeo ha cumplido con el famoso cupo de acogida de sirios que desde el otoño pasado se anunció: una repartición de más de cien mil exiliados  por la guerra Siria entre 22 de los 28 países que conforman la Unión Europea (UE).
Todo ha sido una hipocresía. En Madrid, la alcaldesa Manuela Carmena mandó colgar en el bellísimo edificio sede del Ayuntamiento -en octubre pasado- una conmovedora manta que reza «Refugees welcome».
Pues bien a España solamente han entrado 18 refugiados, de los que únicamente uno es de origen sirio; se supone que llegarán 87 en  mayo y 63 en junio. Recordemos que el país ibérico acordó recibir a 16 mil sirios.
Sin embargo,  me parece muy injusto que por unos fascistas protestando en la calle se pretenda dar una  imagen equivocada porque ha sido la propia sociedad civil, personas de fibras sensibles y varias ONG´s españolas, las que se han volcado in situ tanto en Grecia, Italia y Macedonia para  ayudar a miles de familias sirias que han sido tratadas con enorme desprecio por los gobiernos de toda Europa del Este. Es menester señalarlo.